El Técnico Superior en Educación Infantil, como profesional que se encuentra cerca del niño, puede detectar algunas situaciones de riesgo en las que se den condiciones desfavorables para su desarrollo y que podrían derivar en casos de marginación o conflictividad social.
Un Técnico Superior en Educación Infantil debe ser un profesional que está cerca del niño, dispone de mucha información y formación, y aunque no es psicólogo, ni médico, ni trabajador social, ni juez, si sospecha de la existencia de cualquier tipo de situación de riesgo en el menor solicitará la ayuda de los profesionales indicados y se dirigirá al equipo que pueda proporcionarle esa ayuda para diagnosticar adecuadamente cada caso y apoyarle en su labor.
Puede constatar si se incumplen los deberes de los padres y en qué grado, si se produce algún tipo de explotación infantil, abandono, con especial atención a hijos de familias desestructuradas, casos de abusos, maltrato, violencia física o psíquica.
La labor del Técnico Superior en Educación Infantil debe ser por tanto la de observación de las necesidades del niño y de sus problemas, de escucha, de comunicación con el niño y con la familia y con otros profesionales para contrastar opiniones y solicitar ayuda y consejo profesional.
Es especialmente importante el trabajo en equipo de los técnicos del centro.