Saltar la navegación

Paso 1.6 Intervención del Técnico Superior en Educación Infantil

El Técnico Superior en Educación Infantil, como profesional que se encuentra cerca del niño, puede detectar algunas situaciones de riesgo en las que se den condiciones desfavorables para su desarrollo y que podrían derivar en casos de marginación o conflictividad social.

Un Técnico Superior en Educación Infantil debe ser un profesional que está cerca del niño, dispone de mucha información y formación, y aunque no es psicólogo, ni médico, ni trabajador social, ni juez, si sospecha de la existencia de cualquier tipo de situación de riesgo en el menor solicitará la ayuda de los profesionales indicados y se dirigirá al equipo que pueda proporcionarle esa ayuda para diagnosticar adecuadamente cada caso y apoyarle en su labor.

Puede constatar si se incumplen los deberes de los padres y en qué grado, si se produce algún tipo de explotación infantil, abandono, con especial atención a hijos de familias desestructuradas, casos de abusos, maltrato, violencia física o psíquica.

La labor del Técnico Superior en Educación Infantil debe ser por tanto la de observación de las necesidades del niño y de sus problemas, de escucha, de comunicación con el niño y con la familia y con otros profesionales para contrastar opiniones y solicitar ayuda y consejo profesional.

Es especialmente importante el trabajo en equipo de los técnicos del centro.

Indicadores de situaciones de riesgo

En cuanto a los indicadores que puede tener en cuenta para observar factores de riesgo, se pueden enumerar los siguientes:

  • Mal aspecto físico, falta de higiene, ropa inadecuada, horarios y    alimentación inadecuados.
  • Absentismo escolar: irregularidad y grandes períodos de ausencia sin    justificación.
  • Tendencia a dormirse muy a menudo durante la jornada.
  • Horarios irregulares en la entrada: llega o muy pronto o muy tarde.
  • Señales de maltrato físico: quemaduras, hematomas continuos, calvas en el    cuero cabelludo, etc.
  • Los padres se olvidan de recogerle con frecuencia, llegan muy tarde, o no    le recoge siempre la misma persona.
  • Es muy desconfiado y se aísla en el aula o por el contrario busca continuamente a un adulto al que    intenta estar continuamente pegado.
  • Tiene muchos miedos.                      

De forma aislada, estos indicadores no tienen porqué significar nada especial, pero cuando se producen repetidamente y varios al mismo tiempo, habría que realizar una observación y una intervención responsable.